Manos, Cabeza, Corazón / Taller de Reiki-Dibujo en la naturaleza

Manos, Cabeza, Corazón
Concienciando los sentidos para el desarrollo de una vida plena
Taller de Reiki-Dibujo en la naturaleza.

Impartido por: Marion Thieme (pintora) y Antonio Santamaría (maestro de Gendai Reiki Ho).



Reiki,
herramienta, camino y despertar. Mediante la sencillez el reencuentro con uno mismo y con el estado de salud original. Ligereza, calidez, claridad.

Dibujo,
diálogo interior, crecimiento, aprendizaje, despojamiento.  Rapidez de registro, análisis, observación y concienciación de los sentidos. Economía, búsqueda de la esencia, abstracción.


1ª jornada.
-Recibimos a los alumnos, nos presentamos. A modo de “libro de visitas” cada uno elabora un autorretrato con los ojos cerrados (lapicero o bolígrafo). Se repetirá el mismo ejercicio al finalizar el curso para realizar un balance.
Sentados juntos hablamos sobre los objetivos del curso, su desarrollo, etc.
Surgen las primeras preguntas: ¿qué es Reiki? ¿cómo funciona? ¿a qué llamamos Dibujo? ¿por qué combinamos ambas cosas? Insistimos en el carácter experimental de la propuesta, la necesidad de entregarse a la experiencia renunciando a la representación académica o naturalista. 
¿Qué vamos a representar entonces? Buscamos la identificación con la naturaleza, comunicarnos, vivir la experiencia de sentirnos dentro de ella, formar parte de su memoria. La naturaleza es el punto de partida, nunca el de llegada, y para lograr un resultado que nos sorprenda también a nosotros mismos tenemos que vaciarnos, distanciarnos, abrirnos enteramente a esa naturaleza que es el modelo que hemos elegido. Debemos comprender la importancia de perder el miedo, generar en líneas generosas el flujo, el aliento que no interrumpiremos nunca aunque la línea sí se detenga. A todo ello nos ayudará la herramienta Reiki mediante la meditación y el reencuentro con lo que constituye nuestra esencia: ligereza, calidez, claridad.

-Concluida esta charla informal aprendemos las primeras técnicas sencillas de Reiki: Gassho, Kenyoku, Conexión. Recibimos el primer reiju o sintonización para abrir nuestro interior a esta nueva actitud, una forma plenamente consciente de mirar la vida.
A continuación salimos fuera para recorrer la finca. Observamos los árboles, la vegetación y los materiales que nos rodean: piedras, arena, ramas, paja, madera…
Hablamos sobre la línea interior de las montañas, los árboles, las flores… y la importancia de la observación. Cada uno busca y recoge un pequeño objeto del terreno con el que en ese momento se identifica y regresamos al interior de la cabaña. Sujetando entre las manos el objeto y la herramienta que utilizaremos más tarde para dibujarlo –grafito, lápiz, carbón-  realizaremos una meditación combinada con la técnica llamada “respiración gassho”, que nos ayuda a desarrollar la sensibilidad de las manos. Procedemos a realizar el dibujo de nuestro hallazgo.

-De nuevo al aire libre practicamos la limpieza energética que conocemos como “ducha de Reiki”. A continuación, conectados y conscientes de ser la unión efectiva, el puente entre cielo y tierra, cada uno dibuja con un palo y a gran tamaño sobre el suelo un árbol o arbusto de los que crecen en la finca, pudiendo aportar otros materiales como hojas, piedras... y aprovechando el soporte natural sobre el que dibuja: ondulaciones del terreno, etc. También se puede optar por construir un hito (monolito) con las piedras del río y dibujarlo después.

(Aquí realizamos una pausa para la comida).

-En el interior de nuestra cabaña, relajados y cómodos, aprendemos cómo ponernos las manos para sanarnos mediante la energía Reiki.
Ahora, distribuidos por parejas, nos aplicamos con las manos la energía mutuamente, aprendemos de esta forma a sentirnos y experimentar el aliento energético que fluye. Enseguida, enlazando con este flujo, nos dibujamos unos a otros.
Durante la experiencia se nos habla a propósito del canon:
.Cabeza: distribución de la cara, volúmenes. Cómo dibujar la nariz, los ojos, la boca, las orejas. Simetría y asimetría de los rostros.
.Cuerpo: volumen, proporción. El cuerpo en su totalidad o alguna de sus partes, manos, piernas, pies…

-Si aún tenemos tiempo salimos fuera para realizar un ejercicio en el que fijamos la mirada en un punto lejano, la línea del horizonte. La dibujamos. Previamente, en una nueva conexión con Reiki nos hemos convertido, modelando nuestro cuerpo, en la letra luz.

  


2ª jornada.

-Recibimos a los alumnos, corto intercambio de experiencias. Para comenzar la jornada realizamos una breve meditación en la que nos ejercitamos en la llamada “respiración luminosa”. Los alumnos reciben reiju, una segunda sintonización Reiki para fijar de forma más consciente nuestra calidad de canales de energía.

-Comenzamos a trabajar en la concienciación de la mirada para descubrir los volúmenes en la naturaleza: mirar – apartar la mirada, para acto seguido realizar un dibujo rápido. En el exterior:
Montañas – volúmenes: seguir con los ojos en la lejanía la línea del horizonte cultivando la conexión mirada – cerebro – corazón – mano.

-Hacer un registro de diferentes texturas y materias en la naturaleza y resaltar la importancia de que cada una de sus cualidades encuentra su expresión en la línea y en su diversidad de formas: gruesas, finas, punteadas…

 -Estudiamos la estilización de hojas, flores, etc,  desde una condición ornamental para , tras su posterior análisis, al transferirlas a la naturaleza viva, contar con más recursos y tener una mayor facilidad para su dibujo.

-Dibujamos, simplemente, un mismo lugar varias veces, sus sombras y sus luces, mientras escuchamos la recitación de poesía japonesa seleccionada por el creador del método Reiki, Mikao Usui,  para ser leída y escuchada durante las meditaciones y seminarios por su alto potencial sanador, su belleza y calidad moral. Reiki, sencillo y profundo a un tiempo, es mucho más que una técnica de sanación del cuerpo, es una forma plena y consciente de estar en el mundo desde la comprensión de que nuestras diversas realidades se entretejen formando una sola, que llamamos naturaleza. Todo esto se manifiesta también desde el poder sanador y evocador de la palabra poética.

 (Regresamos al interior de la cabaña y hacemos una pausa para comer).

Después de la comida, si el tiempo es bueno, salimos fuera para realizar el ejercicio de Reiki que llamamos “entrenamiento solar”, mediante el que nos unimos conscientemente al sol, asimilándolo como fuerza creadora en nuestro interior.

-“Círculo de Reiki”. La práctica de esta suerte de sanación en grupo nos va a preparar para acometer una obra en común utilizando la herramienta de nuestras manos: pintar con ellas.

-Por último, antes de despedirnos, vamos a realizar la misma experiencia que al comienzo de nuestro taller: un autorretrato a ciegas. Esto nos va a permitir saber… ¿hemos cambiado, en el transcurso de estas intensas horas entregadas a la experimentación la visión de nosotros mismos?
Sacaremos conclusiones que nos permitan seguir aprendiendo.


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